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jueves, febrero 15, 2007
El talento de Billy Strayhorn
La relación entre Billy Strayhorn y Duke Ellington es una de las curiosidades persistentes del género que alimentó chismes y prejuicios irrelevantes.
Hacia 1938, cuando Strayhorn, superando su timidez, se presentó en un teatro de Pittsburgh, el Duke era un ser más próximo a las costumbres de la noche, la confraternización con sus músicos y con otros con quienes compartia comidas y bebidas, pero sin duda el impacto que generó en él Billy Strayhorn perduró hasta la temprana muerte de éste en 1967 por un cáncer.
Es probable que Duke se haya deslumbrado ante este diminuto personaje que lo admiraba y además conocía de memoria a Brahms, Beethoven y Bach entre otras afinidades culturales.
También era negro e se ignoraba a si mismo.
Otto Hardwick, Sonny Greer y Juan Tizol, los mas reos de la banda, se mofaban de su tamaño y de sus aristas homosexuales. Lo bautizaron Sweet Pea (por el hijo de Popeye) pero admitieron también desde su ingreso que estaban en compañía de otro genio.
"Lush Life" fue la clave para convencer a Duke de su talento. Lo llevó a vivir con su hijo Mercer y su hermana Ruth, que mas o menos tenían la misma edad, y lo designó miembro de la familia.
Poco a poco Ellington fue mutando e la manera que se dirigía al público, en su ropa y hasta en los títulos que le aplicaba a sus obras. Para muchos, en este período Duke logró sus obras más ambiciosas; incluso Johnny Hodges, sin perder su admirable percepción del swing, fue adquieriendo simpatía por las baladas, muchas de ellas escritas por Strayhorn. Lo mismo sucedió con Ben Webster, otro reo converso.
Es difícil saber que parte de las composiciones escritas por Ellington en esta etapa tienen una ayuda de Strayhorn, pero nadie ha negado su autoría en algunas obras cumbres de la orquesta como "Take the A train", "Chelsea bridge", "Passion flower", " Johnny come lately" y la póstuma "Blood count", escrita en el hospital.
Al morir Billy, Ellington fue sincero como nunca: "Su paciencia era incomparable e infinita. No tuvo aspiraciones de ingresar en ningún tipo de competencias; sin embargo su legado, nunca será menos que definitiva en el más alto nivel de la cultura".
El clásico de Billy Strayhorn: "Take the A Train" interpretado por la orquesta de Duke Ellington y llevando a Ray Nance como solista.
Delicioso y moderno el arreglo de los saxofones detrás del solo de trompeta.
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